19 de abril de 2011
Era lo más lógico, ¿no? Han tenido que pasar dos años para que Jorge V.B, pueda dormir tranquilo. Y dos años, se dice pronto, pero lo cierto es que… desde el 2008, esta persona y usuario de Ono ha pasado por un calvario que seguramente, no recomendaría a nadie.
Todo comenzó cuando de golpe y sin previo aviso, Jorge recibió una factura de Ono que ascendía a, ni más ni menos, que 14.393 euros. Llamadas falsas a diversos prefijos durante varios meses, y que en ningún caso se notificaron al usuario.
Dicho y hecho, Ono ha estado un total de dos años reclamando el pago del recibo, pero finalmente no ha podido. Algo que, desde hace ya mucho tiempo, se antojaba lógico.
Vía: Menéame
Autor: Daniel Piñas